lunes, 24 de marzo de 2014

Quién?


Hola.

Soy Rebecca, de la que los otros dos hablan en algunas de sus entradas; y por fin, me doy el tiempo de escribir aquí. Hay mucho y a la vez tan poco de lo que he estado pensando compartir con ustedes, como Lisa explicó estoy viviendo fuera de mi país y ha sido una experiencia loquísima en todos los sentidos.

Me detienen de escribir aquí la falta de organización en mis tiempos, la falta de inspiración, la poca experiencia en blogs y, lo acepto, el miedo a que nadie me lea. Pero si alguien me lee y además le sirven de algo mis palabras, por favor hágamelo saber para no renunciar.

Y pues tal parece que mis amigos que tanto se rehúsan a caer en los brazos del amor, están muy en ánimos de escribir acerca del mismo todo el tiempo. Por eso, me dedico a seguir con éste tan largo, profundo y escandaloso tema.

Ayer escuche un mensaje sobre cómo nuestras decisiones actuales afectan vidas, muchas vidas. Por pequeñas que parecen ser algunas de éstas decisiones, terminarán afectando a las generaciones que vienen después de nosotros. Porque al final de cuentas, muchas cosas que vivimos y experimentamos en nuestra vida fueron resultado de las decisiones, buenas o malas, que nuestros padres y abuelos tomaron un día.

Todos los días tomamos tantas decisiones, desde decidir si te levantas al escuchar tu alarma o la apagas y sigues durmiendo cinco minutos más (que, la verdad, nunca son sólo cinco minutos), me baño o no me baño, qué pantalones me pongo, qué zapatos, me peino o no me peino. Qué voy a desayunar, o mejor no desayuno. Café o té. Y esas decisiones definen muchas veces el curso del día que apenas vas comenzando.



Pero hay otras decisiones que no sólo afectan un día, afectan el resto de tus días. Cómo, cuándo, dónde, quién, qué, porqué… y la lista sigue y sigue.

Y unas de las más importantes resulta ser: Quién?

Si, quién.

¡La pregunta del millón!

Quién te rodea? Quiénes son tus amigos? Con quién pasas la mayor parte del tiempo? En quién confías? Y con quién haces tu vida todos los días?

Nunca subestimes lo importante que es rodearte de buena compañía. Rodéate de personas que te retan, te hacen crecer, te animan, te apoyan, creen en ti, te confrontan en tus errores y te hacen crecer; de los que pueden ser un refugio en tiempos complicados, que cuando te caes te levantan y que te aman igual cuando estás por los suelos y cuando estás en la cima del éxito. Y, por favor, aléjate de aquellos que te absorben, te hacen menos, te arrastran a lo peor y te animan a seguir en fracaso.

No se trata de encerrarte en una burbuja de buenas y perfectas personas, pero escoge bien a tus más cercanos, a tus íntimos, a los que llenan tu vida de lo bueno. Dicen por ahí que uno termina siendo como las cinco personas con las que más tiempo pasa. Porque las actitudes, pensamientos, gustos, sueños, modales y hábitos se contagian quieras o no.

Y en el quién, esta el gran QUIÉN

Con quién vas a pasar el resto de tus días? Quién va a ser la primer persona que veas al despertar y la última antes de dormir? Quién va a estar ahí celebrando tus victorias y confortándote en las derrotas? Quién va a disfrutar contigo tus mejores momentos y a atravesar contigo los más difíciles?

Y la cuestión es que la decisión final está en ti, y para eso dejo algunos puntos que creo vale la pena tomar en cuenta a la hora de decidir quién, seas hombre o mujer:

1.     Encuentra a alguien que te haga reír
La vida a veces se pone muy seria, necesitas a alguien que pueda poner una sonrisa en tu rostro y hasta sacarte una carcajada en esos días que todo parece estar saliendo mal.

2.     Encuentra a alguien con energía.
Nadie quiere pasar el resto de su vida con un holgazán. Encuentra a alguien con energía, con ganas de hacer algo divertido en medio de la rutina diaria en la que fácilmente nos sumergimos; alguien a quien aún después de un largo día de trabajo le queden ganas de pasar un buen rato.

3.     Encuentra a alguien que te atraiga.
No hablo de que busques al típico estereotipo de belleza que Hollywood nos da. La verdad es que todos somos atractivos para alguien. No importa si para el mundo entero es la persona más fea, importa que para ti sea la mas persona más hermosa.

4.     Encuentra a alguien que no busque competir contigo.
Esta sociedad esta llena de competencias, todos quieren ser mejores que el vecino. Y vivir compitiendo con tu pareja es deprimente. Busca a alguien que esté orgulloso de tus logros, que festeje cuando ganes y sea feliz con cada uno de tus éxitos.

Creo que si encuentras a alguien así te espera una vida mucho mejor que el estándar que dicta la sociedad, y si ya lo tienes… no lo dejes ir!



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